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El Arca de Noé (Acordes guitarra) (Letra) Cancionero Tuna;Tablaturas Cuatro; Folclore Venezolano

 

 

El Arca de Noé


Autor:   Musica  de  y letra de Alejandro García ‘Virulo’

Interpretan:   Alejandro García ‘Virulo’

Don Dudo    (www.TunaEspaña.es)   (www.TunaEspana.com)

Folclore Venezolano

Tablaturas Cuatro Venezolano

 

 

Narrador:

En estos tiempos remotos de los que les hablo yo,


fue en los que, de trago en trago, Matusalén llegó al ron.



Con él vino a dar el mundo en brazos del vacilón,


y Matusalén cantaba llorando su perdición   


y Matusalén cantaba llorando su perdición:


Matusalén:

«Fuerza de voluntad, le pido a Dios,(Bis) 


pa‘ que me ayude a dejar de beber.


Cuando me doy el primero, ya no me puedo aguantar,


el segundo es peligroso, el tercero es más sabroso…


y en la vida hay que gozar».


Narrador:

Así empezó el gran relajo de hacer sin mirar con quién


que el mundo si hoy está alegre, pues mañana lo está también.


Coro:

Ay, Matusalén, Matusalén, hoy alegre y mañana también.


Ay, Matusalén, Matusalén, hoy alegre y mañana también.


Narrador:

En eso Dios fue que se asomó y el desprestigio del mundo vio,


y cavilando en el asunto fue que dijo en alta voz:  


Dios:

¿Por qué fue que Songo le dio a Borondongo?


Matusalén:

¿Por qué Borondongo le dio a Bernabé?


Dios:

¿Por qué Bernabé le metió a Mutilanga?


Matusalén:

Le dio a Burundanga, les hinchan los pies.


Dios:

Así que si sigue el relajo allí abajo


muy pronto el diluvio yo les mandaré.


Monina!   Yo les mandaré Monina!   Yo les mandaré


Narrador:

Salve, salve, salve Dios    al divino salvador.  


Alel uya, ¿quién es él?   Nada menos que Noé.   


Armó su arca   en esos prados,   pues el diluvio   no ha comenzado,


no todavía,   Ave Marí a.   


Coro:

Pero qué bien, qué bien, qué mal, pero qué mal, qué mal, qué bien,


vámonos a navegar en el arca de Noé.



El primer día fue propaganda, para que vean el mundo, cómo anda,


y llegaron el segundo día los partes de metereología.



Ahí mismo el mundo se echó a correr a ver quién puede el arca puede coger,


y en la carrera resulta quien llegó primero fue el comején.  


Narrador:
Llegó corriendo el comején, tocó en el arca…. y Noé le abrió. Le preguntó:

Noé/Comején:
-Bueno chico, ¿tú quién eres?
-El comején.
-¿Cómo?
-El comején.

Narrador:
La verdad es que Noé no sabía qué clase de animalejo era ese, además era el primero que llegaba y,
como él comenzaba en el negocio, se buscó un diccionario.

Noé/Comején:
-A ver si me encuentra… a mí nunca me encuentra nadie…
-Comezón… comensal…
-Comején!
-Comecién…
-Comején!
-Come..
-Comején!
-Comején… comején. Nombre científico: comejenus comedorus de maderus…
-Sí, ese mismo.
-…insecto parecido a la carcoma que habita en los países tropicales y que roe la madera.
-Sí, sí, sí, sí.
-La madera…
-Sí.
-El arca!
-Sí…

Narrador:

Noe después de pensarlo bien se dijo «No llevo al comején.


Si hago otra arca, es inobjetable: la haré con acero inoxidable».


Coro:

Pero qué bien, qué bien, qué mal…



Los animales hicieron cola, mirando a quién es quien toca ahora,


pues las especies no se van todas y nadie afuera quiere quedar.



La cosa no anduvo mal, mientras no hubo su excepción,


pero ya no hay regla fija cuando está en cola la creación.  



Estaba la rana sentada tallando su entrada a la puerta del arca,


como Noé no la dejó pasar, salió la mosca y la pudo colar.



La mosca a la rana, la rana sentada tallando su entrada a la puerta del arca,


cuando la mosca no podía pasar, su amigo el mono la pudo colar.


El mono a la mosca, la mosca a la rana,

la rana sentada tallando su entrada a la puerta del arca,


y como el mono no podía pasar, su amigo el chivo lo pudo colar.


El chivo al mono, el mono a la mosca,
la mosca a la rana, la rana sentada tallando su entrada

a la puerta del arca, y cuando el chivo no podía pasar,


su amigo el gallo lo pudo colar.


El gallo al chivo, el chivo al mono, el mono a la mosca,

la mosca a la rana, la rana sentando tallando su entrada a la puerta del arca,


y cuando el gallo se quiso colar… un periquito se puso a gritar:


Periquito:

«Cuida’íto, compay gallo, cuida’íto:(3 veces)


Aquí, donde usted me ve, tan flaco y tan chiquitico,(Bis)


le parto a cualquiera el pico, cuida’o con colarse usted».


«Cuida’íto, compay gallo, cuida’íto:(2 veces)


Narrador:

Ahí mismo vino la piñacera, el cocotazo y el pescozón,


entraron animales de afuera, la bronca se generalizó.



Fue cuando Noé también, se embulló a participar


que en el arca quiso entrar


nuevamente el comején,

el comején otra vez…?

Coro:

Pero qué bien, qué bien, qué mal…



Los piojos en asamblea estaban porque del arca el lugar no hallaban;


el piojo jefe lo preguntó y así un piojito le contestó:

«Está p’allá, está p’allá…»

Todos en masa esa dirección
toman corriendo sin dilación,
pero el piojito que armó la fiesta
el arca halló en dirección opuesta.


Así en el mundo los hay, que una ley sola obedecen:


la ley del que vive más aunque traicionen toda la especie.


Coro:

Pero qué bien, qué bien, qué mal…



Preguntando, por curiosidad, ¿el comején pudo al fin pasar?


Pues resulta que doña Polilla, su prima, le resolvió la astilla.



Y, como todo buen mortal, cuando llegó el comején


al ver contante y sonante, Noé sólo dijo:


«Dale, pasa, pasa, pasa, pasa, pasa, hijo». Amén!



El diluvio al fin llegó y de agua al mundo llenó.   


Y todos, a salvo ya,    dan gracias al Señor.  



Y el comején    aguantó un mes,   más no podía, de hambre moría:


se hundieron todos…  Ave Marí a!

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